Aprovechando que la semana pasada me quedó tiempo disponible, a solas con mi cocina, preparé en nituke un coliflor mediano (sólo con un colchón de cebollas). Luego lo maceré 2 horas en una mezcla de vinagre (1 cucharada), agua tibia (1/2 taza), aceite (2 cucharadas), estragón, laurel, ají molido y ajo. Procesé y mezclé con germen de trigo y amaranto inflado (tuve la dicha de conseguirlo en la dietética de mi barrio... ¡gracias chicas!) hasta conseguir una consistencia apropiada para hacer albóndigas (ustedes me entienden).
Las pasé por huevo batido y rebozador (yo usé harina de trigo integral, pero puede usarse pan rallado, rebozador de arroz, etc) y las freí hasta dorarlas.
Mientras tanto, hice una salsa de tomate para que mis albóndigas se sumerjan mientras esperan que las coma.
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